EXCLUSIVA PARA REVISTA LA FÁBRI/K/ / 13 DE FEBRERO 2020
Musitarle al cielo el más profuso agradecimiento,
Suspirar de amor en la cornisa de la luna,
Poseer del universo la mayor fortuna,
Resumir la eternidad en un solo momento.
Hacer de la sonrisa la melodía del viento,
Congregar todas las bellezas una a una,
De mis latidos hacer tu corazón cuna,
Fundir a la vez razón con sentimiento.
Respirar el oxígeno etéreo de Dios,
Sucumbir como ante el fuego el acero,
Ver el cielo de tu boca abrirse en dos,
Detenerse en ese instante el mundo entero,
Con el leve y místico pronunciar de tu voz
Cuando me dices, cuando me dices “Te quiero”.
Métricamente hay mucho que resolver.